jueves, 9 de diciembre de 2010
LA INMACULADA CONCEPCIÓN
La inmaculada concepción en una fiesta en la que se celebra la impecabilidad de María, su pureza absoluta y su posición como segunda Eva.
jueves, 2 de diciembre de 2010
EL MAGISTERIO DE LA IGELSIA
En el magistero de la igelsia se menciona que: "El oficio de interpretar auténticamente la palabra de Dios, oral o escritura, ha sido encomendado sólo al Magisterio vivo de la Iglesia, el cual lo ejercita en nombre de Jesucristo", es decir, a los obispos en comunión con el sucesor de Pedro, el obispo de Roma.
En el magisterio, las decisiones que toma el PAPA de la iglesia católica, llegan a serdecisiónes infalibles, lo que el PAPA diga sobre cualquier doctrina, se toma como la misma palabra inspirada por DIOS y llega a ser inefable como las escrituras.
En el magisterio, las decisiones que toma el PAPA de la iglesia católica, llegan a serdecisiónes infalibles, lo que el PAPA diga sobre cualquier doctrina, se toma como la misma palabra inspirada por DIOS y llega a ser inefable como las escrituras.
LA COMUNIÓN DE LOS SANTOS
No sólo veneramos el recuerdo de los del cielo como modelos nuestros, sino, sobre todo, para que la unión de toda la Iglesia en el Espíritu se vea forzada por la práctica del amor fraterno.
Dice San Bernardo Abad, en uno de sus sermones (oficio del día de todos los santos):
Los santos no necesitan de nuestros honores, mas sin embargo, la veneración de su memoria redunda en provecho nuestro. Despierta en nosotros dos deseos:
-El de gozar de su compañía, tan deseable, y de llegar a ser conciudadanos con los bienaventurados, santos, patriarcas, mártires, apóstoles, confesores, las vírgenes, para resumir, asociarnos y alegrarnos juntos en la comunión de todos los santos.
-Que como a ellos, también a nosotros se nos manifieste Cristo, que es nuestra vida, y que nos manifestemos también nosotros con él, revestidos de gloria.
Dice San Bernardo Abad, en uno de sus sermones (oficio del día de todos los santos):
Los santos no necesitan de nuestros honores, mas sin embargo, la veneración de su memoria redunda en provecho nuestro. Despierta en nosotros dos deseos:
-El de gozar de su compañía, tan deseable, y de llegar a ser conciudadanos con los bienaventurados, santos, patriarcas, mártires, apóstoles, confesores, las vírgenes, para resumir, asociarnos y alegrarnos juntos en la comunión de todos los santos.
-Que como a ellos, también a nosotros se nos manifieste Cristo, que es nuestra vida, y que nos manifestemos también nosotros con él, revestidos de gloria.
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